1.3.08

VIGESIMOSEXTO DÍA, 3 DE FEBRERO DE 2008, DOMINGO

A las 10 UTC 15º41´N 56º11´W; soleado, maretón faltan 283 millas, menos de 48 horas, en las últimas 24 horas hemos hecho 160 millas, génova y un rizo en la mayor, el viento por la aleta de estribor. Esto es como una pesadilla siempre igual, siempre la misma rutina, no sabes cuando estás despierto o dormido; ruidos, chirridos, crujidos, gritos para dar ordenes (no siempre para pelearnos), cacharros golpeándose constantemente, tumbos y mas tumbos, frío o calor, hambre o sed pero nunca estás tranquilo y en paz.

A media mañana vino a visitarnos una pardela, son como una gaviota, pero más grandes y mas feas con un pico desproporcionado para la cabeza que tienen; vuelan solas por el mar y las hay en todos los mares del mundo; son muy curiosas y cuando ven un barco se acercan y dan tres o cuatro vueltas alrededor, pero nunca se posan ni en los barcos ni en el agua, bueno eso es lo que me parece a mi, porque al contrario de las gaviotas nunca vi ninguna flotando en el agua como si fuera un pato. Nuestra pardela dio tres o cuatro vueltas y se fue hacia tierra. Hacia muchos días que no veíamos ningún ave, ésta debe hablar inglés o francés porque pertenece al continente Americano.

Cuando abandonamos el continente europeo, los pájaros nos acompañaron hasta casi 500 millas de la costa, estos, los caribeños, aparecen a 230 millas de tierra; queda claro que los caribeños son menos trabajadores que los europeos (los pájaros, claro).

Por la tarde cogí en la radio una emisora en AM en francés pero no pude averiguar si era de Martinico, intenté orientar la antena para ver si la mejor recepción venia de la dirección que llevábamos, pero no conseguí llegar ninguna conclusión, después en Radio Martí contaron que Francia estaba mandando aviones al Cha para evacuar a sus compatriotas, algo debe estar pasando pero no me pude enterar bien.

Hoy me he quedado sin amigo Juan Sebastián se me ha muerto de escorbuto, solo a el se le ocurre después de lo mal que lo pasó en su primer viaje intentar otro, la pena es que fue por ambición, parece mentira que la vanidad y el egoísmo humano no tengan límite.

Estaba yo “llorando” y asumiendo la pérdida de mi amigo cuando… un ¡todos a cubierta! ¡qué viene un chubasco! Me sacó de mis pensamientos… en fin, que ni soñar se puede en este barco.

Trasluchamos sin novedad y cada mochuelo a su olivo, el chubasco no era tan grande como decía el patrón y pasó sin pena ni gloria.

Por la noche nos pasan las posiciones de otros barcos y el patrón decide que si apretamos un poco podemos quedar los segundos o terceros en tiempo compensado, así que a partir de ahora las guardias de dos horas y todo el tiempo a mano, nada de piloto automático. A mi me toca la guardia con Jorge así que otra noche sin saber cuando duermo o cuando estoy despierto.

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