Me despierto más cansado de lo que me acosté, remoloneo en la li-tera, oigo un rato la radio y cojo Radio Nacional de España en OM, (tengo una radio multibanda no digital Sony, la recomiendo porque las digitales gastan muchas pilas y si te quedas dormido…, no se pueden sintonizar a oscuras y son más caras) me entero de las noticias, un pesquero se hundió a 10 millas de cabo Prior, estaban faenando con olas de 8 metros dicen que se murieron ocho de los diez que iban. Pobres hombres ¡con esa mar y trabajando, qué pena! Deberían hacer como en aviación cuando las condiciones son malas la autoridad portuaria cierra los puertos y no sale nadie; y no dejar que sean los patrones los que decidan si salen o no, y que por egoísmos y presiones pongan en peligro la vida de los pescadores. Oigo las emisoras locales canarias, a su rollo, preparando los carnavales y peleándose por la política. Estamos cerca de Lanzarote como a unas 17 millas.
A las 10:00 UTC posición 29º07´N 13º06´W; hemos avanzado 139 millas desde ayer a la misma hora en la dirección buena, que reales serán bastantes más pero eso no nos vale para nada. Durante todo el tiempo el viento se mantuvo de unos 20 nudos del NE y nos permitía avanzar a unos 7 u 8 nudos, el mar con marejada y muy incomodo porque te tienes que estar sujetando todo el tiempo, incluso cuando estás durmiendo y te agota.
A media mañana nos cruzamos con un petrolero enorme, el hombre maniobró enseñándonos el costado de estribor claramente para que no tuviésemos dudas y siguiésemos a nuestro rumbo ¡aún quedamos caballeros! Quise darle las gracias por el canal 16 en VHF pero el patrón no me dejó, no le gusta usar la radio como si le diera ¿vergüenza?
Ayer tuve la rapala 10 horas en el agua y nada, ahora que nos acercamos a la costa trataré de pescar algo, ya veremos.
Tengo cobertura de teléfono móvil y mando un montón de mensajes a los amigos, a todos el mismo, y hablo con mi mujer que está en Ferrol, dice que todo está bien y que mi madre está sin novedad. Hablo con mi hija Pilar, me anima mucho me cuenta que Carlos (mi yerno) y ella me siguen por Internet y hacen apuestas sobre el día de mi llegada a Martinica; mi nieta está en el “cole” y no puedo hablar con ella. Trato de hablar con mi hija Teresa en dos ocasiones, pero no coge el teléfono, vamos lo normal, eso quiere decir que está bien.
Durante los dos últimos días, empezamos a notar carencias en la ganbuza (despensa), ya no hay pan, el vino se acabó, las cervezas claramente no van a llegar para todo el viaje, no se han embarcado zumos, ni fiambre suficiente, ni huevos, ni magdalenas o galletas para desayunar, ni cosas para picar entre horas, ni, ni… En fin que tratamos de convencer al patrón de que parara en Marina Rubicón un par de horas y fuésemos al supermercado, parecía que estaba convencido. Entre Judith y Jorge prepararon una lista para comprar pero cuando estábamos a la vista de la boya de virada dijo que no parábamos, que seguíamos, yo creo que por tacañería; así que iniciamos la travesía del Atlántico propiamente dicha, en situación más precaria que la mayoría de los competidores pero “donde hay patrón no…”
Como a 5 millas del paso por Marina Rubicón, aparece un Mini como saliendo de la costa, estaba allí pero no lo vimos hasta que estuvo más cerca, anda como un tiro, se nos acerca a toda velocidad pero pasaremos nosotros la boya antes que el. De todas maneras si pienso que va solo en un barco de 6,50 metros de eslora (como mi Geluco); que ha tenido el mismo mar y viento que nosotros y que lleva 7 días en el mar con esas noches tan frías que nos ha tocado pasar; no me parece una gran victoria ganarle. Hablo con él por radio, (ahora el patrón sí me autorizó) es el Sol Mallorca, y dice que él para en Marina Rubicón por lo menos hasta mañana. ¡Muy bien! descansa, te lo has ganado.
Pasamos la boya de Marina Rubicón a las 14:10 UTC, con viento NE de 10 a 15 nudos, se nos aproxima la lancha de la organización para recogernos la basura (la no biodegradable) y justo en la trasluchada de la boya, moviendo el carro de la escota del génova, en la banda de babor, se me dispara y el cabo, me pega un trallazo en la pierna, me tira en la regala y me lastimo bastante en la rodilla además de arañazos buenos (gordos) en la pierna, en fin, nada que no se pueda curar en lo próximos días de reposo.
A dormir, leí un poco con mi linterna frontal el libro de la vuelta al mundo de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, son casi mil paginas, creo que me acompañará hasta Martinica. Oigo en la radio las emisoras locales y más de lo mismo, carnavales y políticos peleándose, o ¿poniéndose de acuerdo? en como repartirse el pastel, y ¡aun faltan tres meses!
Me duele la rodilla.
A las 10:00 UTC posición 29º07´N 13º06´W; hemos avanzado 139 millas desde ayer a la misma hora en la dirección buena, que reales serán bastantes más pero eso no nos vale para nada. Durante todo el tiempo el viento se mantuvo de unos 20 nudos del NE y nos permitía avanzar a unos 7 u 8 nudos, el mar con marejada y muy incomodo porque te tienes que estar sujetando todo el tiempo, incluso cuando estás durmiendo y te agota.
A media mañana nos cruzamos con un petrolero enorme, el hombre maniobró enseñándonos el costado de estribor claramente para que no tuviésemos dudas y siguiésemos a nuestro rumbo ¡aún quedamos caballeros! Quise darle las gracias por el canal 16 en VHF pero el patrón no me dejó, no le gusta usar la radio como si le diera ¿vergüenza?
Ayer tuve la rapala 10 horas en el agua y nada, ahora que nos acercamos a la costa trataré de pescar algo, ya veremos.
Tengo cobertura de teléfono móvil y mando un montón de mensajes a los amigos, a todos el mismo, y hablo con mi mujer que está en Ferrol, dice que todo está bien y que mi madre está sin novedad. Hablo con mi hija Pilar, me anima mucho me cuenta que Carlos (mi yerno) y ella me siguen por Internet y hacen apuestas sobre el día de mi llegada a Martinica; mi nieta está en el “cole” y no puedo hablar con ella. Trato de hablar con mi hija Teresa en dos ocasiones, pero no coge el teléfono, vamos lo normal, eso quiere decir que está bien.
Durante los dos últimos días, empezamos a notar carencias en la ganbuza (despensa), ya no hay pan, el vino se acabó, las cervezas claramente no van a llegar para todo el viaje, no se han embarcado zumos, ni fiambre suficiente, ni huevos, ni magdalenas o galletas para desayunar, ni cosas para picar entre horas, ni, ni… En fin que tratamos de convencer al patrón de que parara en Marina Rubicón un par de horas y fuésemos al supermercado, parecía que estaba convencido. Entre Judith y Jorge prepararon una lista para comprar pero cuando estábamos a la vista de la boya de virada dijo que no parábamos, que seguíamos, yo creo que por tacañería; así que iniciamos la travesía del Atlántico propiamente dicha, en situación más precaria que la mayoría de los competidores pero “donde hay patrón no…”
Como a 5 millas del paso por Marina Rubicón, aparece un Mini como saliendo de la costa, estaba allí pero no lo vimos hasta que estuvo más cerca, anda como un tiro, se nos acerca a toda velocidad pero pasaremos nosotros la boya antes que el. De todas maneras si pienso que va solo en un barco de 6,50 metros de eslora (como mi Geluco); que ha tenido el mismo mar y viento que nosotros y que lleva 7 días en el mar con esas noches tan frías que nos ha tocado pasar; no me parece una gran victoria ganarle. Hablo con él por radio, (ahora el patrón sí me autorizó) es el Sol Mallorca, y dice que él para en Marina Rubicón por lo menos hasta mañana. ¡Muy bien! descansa, te lo has ganado.
El Sol Mallorca
Pasamos la boya de Marina Rubicón a las 14:10 UTC, con viento NE de 10 a 15 nudos, se nos aproxima la lancha de la organización para recogernos la basura (la no biodegradable) y justo en la trasluchada de la boya, moviendo el carro de la escota del génova, en la banda de babor, se me dispara y el cabo, me pega un trallazo en la pierna, me tira en la regala y me lastimo bastante en la rodilla además de arañazos buenos (gordos) en la pierna, en fin, nada que no se pueda curar en lo próximos días de reposo.
A dormir, leí un poco con mi linterna frontal el libro de la vuelta al mundo de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, son casi mil paginas, creo que me acompañará hasta Martinica. Oigo en la radio las emisoras locales y más de lo mismo, carnavales y políticos peleándose, o ¿poniéndose de acuerdo? en como repartirse el pastel, y ¡aun faltan tres meses!
Me duele la rodilla.
Marina Rubicón
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