1.3.08

SEXTO DÍA, 14 DE ENERO DE 2008, LUNES

A las 10:00 UTC, posición 30º38´N 10º57´W.

¡Quien lo diría! llevo como dos horas pasando la ruta que hicimos desde la salida en la Línea a la carta del Atlántico, escribiendo en diario personal un montón de notas que tenía por aquí y por allá, durante mas de dos horas sentado en la mesa de cartas y, ¡como en casa! ya no se me mueve nada aún con 30 grados de escora y con marejadilla ¡adiós mareo! creo que ya estoy amarinado.

El viento WSW 8 nudos, hacemos 5 nudos y medio a rumbo 182, estamos haciendo una bordada a tierra; yo creo que el patrón está cansado de ser “diferente” y tira hacia tierra para acercarnos al resto de la flota y tener las mismas condiciones que ellos. El rumbo ideal a seguir es el 240, pero es precisamente de ahí de donde viene el viento.

Hemos hecho cálculos sobre el ratting de otros veleros y creemos que no vamos tan mal como parece; llamaré esta noche a Pilar para que lo estudie bien por Internet. Al mediodía trato de hablar con ella pero falla el intento, lo volveré a intentar esta noche.

Comimos callos con garbanzos, riquísimos, especialmente para mí que llevaba varios días inapetente, y me sentaron de maravilla.

Llevamos todo el día viendo otro velero que seguro que es de la regata, pensamos que es la "La Línea de mar a mar" pero no estamos seguros, avanzamos algo más que ellos y le vamos cogiendo terreno, esta noche posiblemente lo alcanzaremos y podremos saber de quién se trata, aunque en el fondo me da igual.

La Línea de mar a mar

Efectivamente el barco era la Línea de Mar a Mar, es el barco que representa al ayuntamiento de la Línea de la Concepción que es uno de los promotores de la regata. Está como a 5 millas delante de nosotros y haciendo el mismo rumbo que tanto ellos como a nosotros ahora nos lleva directamente a Marina Rubicón.

Hablo con Pilar se va para Ferrol a pasar unos días y ver a mi madre; me jura y perjura de que está bien y que no le pasa nada pero estoy mosca, esta tan viejecita…

Durante toda la noche, la Línea sigue ahí, sin que se acorte la distancia que nos separa.

Hago la guardia de 12 de la noche a las 4 de la mañana, durísima, tenemos marejada y el barco se mueve como un condenado, el viento de 20 nudos de la aleta de estribor y navegamos todo el tiempo con un rizo en la mayor y el génova reducido. Despierto a la siguiente guardia Judith y Manolo y me voy a la litera a dormir después de tomarme un Cinfamar para asentar el estomago que otra vez me empezaba a avisar de que soy un marinero de agua dulce.

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